Humano

🦠 ¿Sabías que más de la mitad de tu cuerpo no es humano?

Puede sonar a ciencia ficción, pero es un hecho sorprendente: menos del 50% de tu cuerpo está compuesto por células humanas. El resto está formado por bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que conviven contigo desde el momento en que naces.

Este conjunto de microbios se conoce como microbioma, y lejos de ser un enemigo, es esencial para tu salud. En otras palabras: eres una colonia ambulante y no una entidad única. Bienvenido a la realidad de ser más «multitud» que persona.

Cuerpo

La gran invasión microbiana

Desde que naces, tu cuerpo empieza a poblarse con microorganismos. El parto, la lactancia, los alimentos, el entorno… todo contribuye a la formación de tu microbioma. Y estos “habitantes” no son intrusos: sin ellos no podrías sobrevivir.

Se estima que un ser humano adulto promedio tiene unas 30 billones de células humanas, pero cerca de 39 billones de células microbianas. Si bien el número varía de una persona a otra, la balanza está muy equilibrada (y en muchas estimaciones, inclinada hacia los microbios).


¿Dónde viven?

Estos microorganismos no están repartidos al azar. La mayoría vive en tu intestino, especialmente en el colon. Pero también habitan en la piel, en la boca, en las vías respiratorias y hasta en el sistema reproductivo.

Muchos de ellos están altamente especializados. Algunos ayudan a digerir alimentos, otros protegen contra patógenos, y hay quienes incluso producen vitaminas esenciales como la B12 o la K.


Una relación simbiótica

Lejos de ser dañinos, estos microbios trabajan contigo. Por ejemplo:

  • Ayudan a digerir fibras que tu cuerpo no puede descomponer por sí solo.
  • Entrenan tu sistema inmunológico, ayudándolo a distinguir entre amenazas reales y falsas alarmas.
  • Influyen en tu estado de ánimo: el intestino y el cerebro están conectados, y el microbioma produce neurotransmisores como la serotonina.

Algunos estudios incluso sugieren que tu microbioma puede afectar decisiones, antojos e incluso tu comportamiento. ¿Quién manda a quién, entonces?


El genoma invisible

Otro dato increíble: si contamos genes, solo el 1% de los genes que “tienes” son humanos. El 99% restante pertenece a los microbios que te habitan.

Esto ha llevado a muchos científicos a considerar que no eres un individuo, sino un ecosistema. Y que tu salud depende tanto del “tú” humano como de los “tú” bacterianos.


¿Y si se rompe el equilibrio?

Cuando el microbioma se desequilibra —por ejemplo, por una mala alimentación, estrés, antibióticos o enfermedades— pueden surgir problemas como:

  • Trastornos digestivos
  • Alergias
  • Obesidad
  • Enfermedades autoinmunes
  • Ansiedad y depresión

Por eso hoy en día se investiga cómo reconstruir o modificar el microbioma con dietas, probióticos, prebióticos e incluso con “transplantes fecales” (sí, eso existe y funciona).


¿Se puede “hackear” el microbioma?

La ciencia está explorando cómo mejorar nuestra salud manipulando estos microorganismos. Algunas investigaciones buscan usar bacterias modificadas para tratar enfermedades, e incluso prevenir el cáncer o mejorar la salud mental.

Estamos en los primeros pasos, pero el potencial es enorme. Imagina curar enfermedades simplemente reequilibrando a los microbios que ya viven dentro de ti.


Entonces… ¿qué eres tú?

Eres una mezcla. Una especie de sociedad biológica ambulante. Lo humano y lo microbiano coexisten en una danza compleja y milenaria.

Así que la próxima vez que te mires al espejo, recuerda: no estás viendo una sola persona. Estás viendo una comunidad.

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