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¿Alguna vez te has detenido a mirar tu teclado con ojos de sospecha? O sea, ¿por qué rayos empieza con una «QWERTY» y no con un simple «ABCDEF» como dictaría el sentido común? Bienvenido al misterio cotidiano que nadie se detiene a cuestionar… hasta hoy.
Fue una solución práctica para un problema mecánico, pero con consecuencias eternas.
The tasty journey
La historia del teclado es un ejemplo brillante de cómo las limitaciones técnicas del pasado moldean nuestras vidas modernas sin que nos demos cuenta. Todo comienza en el siglo XIX, con la invención de la máquina de escribir. El primer teclado de la historia era alfabético. Así de lógico. Pero había un problema: cuando los mecanógrafos escribían rápido, las varillas de las letras se chocaban y se trababan. Imagina el caos de una oficina llena de «CLACK CLACK PLOP».
Fue ahí cuando llegó Christopher Latham Sholes, un editor de periódico que tenía alma de ingeniero. En 1868, diseñó el teclado QWERTY para resolver este problema. ¿Su lógica? Separar las letras más utilizadas en inglés para evitar que las varillas se atascaran. Fue una solución práctica para un problema mecánico, pero con consecuencias eternas.
Lo curioso es que, aunque las máquinas modernas ya no tienen varillas que se traban, seguimos usando el mismo diseño. ¿Por qué? Porque así somos los humanos: nos acostumbramos. Además, cuando Remington (la empresa que comercializó la primera máquina de escribir) adoptó el diseño QWERTY, se convirtió en el estándar. Los mecanógrafos fueron entrenados en ese orden, las academias lo enseñaron y el resto es historia.
Claro, se han intentado mejoras. El teclado Dvorak, por ejemplo, fue creado en los años 30 y prometía más velocidad y menos esfuerzo. Pero cambiar el hábito global de escribir es como intentar convencer a todo el mundo de que los semáforos ahora serán morado, naranja y turquesa. Nope.
Entonces no, tu teclado no está diseñado para ser eficiente hoy, sino para sobrevivir al caos de las máquinas de escribir del siglo XIX. Es como si tus zapatillas estuvieran hechas para no resbalarte en carruajes de madera… pero igual las usaras en 2025.
Eso sí, si eres muy rebelde o te gusta complicarte la vida, puedes configurar tu teclado en Dvorak o Colemak. Pero prepárate para confundir a cualquiera que toque tu laptop.
Y la próxima vez que alguien te diga que algo «no tiene sentido», muéstrale tu teclado. Porque sí, el caos tiene historia, y a veces… también lógica.
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