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¿Quién dijo que los museos son aburridos?
Mientras algunos albergan arte clásico o reliquias antiguas, hay otros que se dedican a temas tan raros que parece una broma. Sin embargo, existen, y reciben miles de visitantes cada año. Hoy te presento los museos más extraños y divertidos del mundo.
En este pueblo de Capadocia hay una cueva repleta de más de 16.000 mechones de cabello humano, mayoritariamente de mujeres. Cada uno está etiquetado con el nombre y contacto de la persona. Todo comenzó como un gesto sentimental… y terminó convirtiéndose en una tradición espeluznante.
El “Sulabh International Museum of Toilets” traza la historia de los inodoros a través de los siglos. Hay desde tronos reales hasta baños portátiles. Ideal si quieres aprender historia… mientras reprimes la risa.
¿Y si el arte fallido también mereciera su lugar? Este museo expone obras que no pasarían ningún filtro en una galería convencional. Algunas son tan bizarras que terminan siendo encantadoras.
Una colección de objetos donados por personas después de una ruptura amorosa. Desde cepillos de dientes hasta cartas y juguetes destruidos, cada pieza tiene una historia. Algunas te harán reír, otras, llorar.
Un museo dedicado a rebanadas de pan tostado que, por accidente o milagro, tienen formas reconocibles: Jesús, Elvis, animales… Una verdadera oda al desayuno crujiente y la imaginación.
Aquí puedes ver gadgets reales usados por espías: paraguas que disparan, zapatos con cámaras, micrófonos ocultos en relojes… y todo acompañado de historias que parecen sacadas de una película.
Más de 3.000 figuras del diablo de distintas culturas. Desde representaciones aterradoras hasta caricaturas simpáticas. Un lugar curioso para reflexionar sobre el lado oscuro… con humor.
Un museo interactivo donde puedes personalizar tu propio paquete de ramen, aprender la historia de los fideos instantáneos y explorar réplicas de los primeros puestos de comida callejera.
Este museo no es para los sensibles: objetos de autopsias, cartas de criminales, fotos de escenas reales de crímenes. Perturbador pero fascinante para quienes tienen un lado oscuro curioso.
Un paraíso pastel lleno de unicornios, peluches, luces de neón y purpurina. Ideal para selfies, fantasía y un paseo por el lado más adorable de lo bizarro.
Estos museos prueban que la cultura puede tener formas muy, muy extrañas. No todo tiene que ser serio o clásico: lo absurdo también tiene valor, y a veces, son estos lugares los que más recordamos después de un viaje. Dinos, ¿cuál te gustaría visitar?
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